viernes, 13 de septiembre de 2013

Trueque injusto

Te cambio un adiós por un beso.


No, no te ofendas por el ofrecimiento,
si algo es inestable en estas tierras, es la cordialidad.


Te cambio un adiós por un beso 
porque no puedo pintar con mis manos
el amplio espacio que divide los engranes
que no encajan en un reloj descompuesto.

Te cambio un adiós por un beso
porque la piel arde cuando encandila el sueño
y el murmullo de la noche sólo me anuncia
que se acaba el tiempo.


Te cambio un adiós por un beso,
porque si lo piensas con detenimiento,
de mis ojos se escapan unos cuantos
cada vez que de alguna forma te encuentro.

Te cambio un adiós por un beso,
porque así decidas quedarte o no regresar,
guardo tu recuerdo en un rincón muy mío, en un secreto,
donde casi todo el tiempo me cuelo de puntillas
y recito un par de versos.

Te cambio un adiós por un beso, 
porque las palabras a veces son una sentencia severa;
en "adioses" se nos va el amor
y yo prefiero acabarme la vida en besos
más pronto que en despedidas.


Te cambio un adiós por un beso,
no porque sea un trueque justo,
no porque me deje satisfecha,
te cambio un adiós por un beso
porque el dolor será real si quedito
te digo al oído lo mucho que te quiero.

viernes, 16 de agosto de 2013

Nargles

¿Quién querría ser tu amigo?

¿Quién querría estar contigo?

Es inminente. Empiezas por sentir el cansancio extremo, luego el insomnio, luego el desconocimiento de la realidad. Y de repente te encuentras a las tres de la mañana, sentada frente a una ventana, escuchando los autos pasar, mientras no miras a ningún punto y aún así está perdida tu mirada. 

No importan los sonidos, no importa nada. Sólo existe ese silencio que te anuncia que vas otra vez en picada. Y de la nada llega el vacío, el vacío acompañado por las ganas incipientes de rascar brazos y piernas, y cuello y espalda, mientras sin razón aparente, brotan las lágrimas desde el fondo doloroso de la burbuja que en algún momento de tu vida se formó cerca del esternón.

No es estar triste sin causa. Es estar sin vida por un lapso de tiempo, sin posibilidad de ser declarado muerto.

Padeces depresión, nadie quiere estar con alguien que se autoconmisera casi todo el tiempo y el resto de él, trata de no hacerlo. Un rato no parece tan malo, pero a la larga, si uno mismo se cansa de estar dentro del cuerpo depresivo, imagínense a los que arrastra consigo.

No, nadie quiere ser amigo de un depresivo crónico, nadie quiere estar con uno.

Nadie quiere ser mi amigo.

Nadie quiere estar conmigo.

viernes, 12 de julio de 2013

No sé qué.

La memoria se abre paso entre los abismos
Que forjamos como escudos cuando por breves instantes,
Entretejemos los dedos.
La vida no es una, son muchas en una misma
Porque con cada amor perdido se siente irse la vida
Porque cada vida desvanecida nos ha arrancado un amor
Porque entre la brisa, palidece mi semblante
Y es un hecho que al mirarte taciturno y distante
Me cercioro de que los tragos amargos
Se asienten pasando por alto el adiós constante.

Porque amor que no se mata después de haberlo padecido,
crece contaminado entre cardos y ortigo
Porque amor que no se entierra, después de éste haber perecido
Se limita a contaminar con su sopor el aire
Y aunque la intención no ceda,
No hay manera de detener la quemadura
cuando la llama se ha aferrado a la carne.

Tenemos ganas de no ser más que predadores lejanos en vigilia.
No amamos, sólo nos revolcamos para hacer a un lado la desidia
Y sucumbimos ante los placeres momentáneos que amenazan
Con hacer a un lado el trasfondo intelectual de la alegría.

Tenemos ganas de ser eso que nunca pueda alcanzarse
De ser la fragancia en la ceguera que no conduzca, que sólo pierda.
Tenemos ganas de correr bajo la lluvia, sin que se mojen nuestros pasos
Tenemos ganas de ser alivio pasajero a una enfermedad que concreta los daños
Tenemos ganas de ser zanja, mas no trinchera.

Tenemos ganas de ser muy poco, y es hasta que despertamos
Cuando nos damos cuenta que entre lo poco dicho
Y lo mucho hecho, entre los nudos de los cuerpos
No hay pasaje suficiente en la memoria que nos haga comprender
Cuan inútil es pretender obviar que con cada hueco hecho para sepultar lo incierto

Desatamos una vorágine de algo que se convierte en demasiado
Cuando por fin nos ha abatido por completo el tiempo.

miércoles, 19 de junio de 2013

No sé mirar

No sé mirar.
No sé mirar porque cuando uso mis ojos,
 veo más adentro de lo que en teoría
permiten las membranas superficiales.
No sé mirar porque a veces la vista está cansada
y ve doble y no enfoca y se queda esperando
a que todo se empalme como debería.
No sé mirar porque muy seguido
estos ojos se enturbian con el llanto
y todo al rededor son bultos y espasmos.
No, no sé mirar.
No sé usar los ojos para lo que es obvio.
No sé colocar la vista en un objetivo claro,
sino más bien en el camino.
No sé mirar porque cuando ando,
lo hago por instinto.
No sé mirar, porque cuando veo
que gran parte de ti no está,
me desgarro los ojos para no saber más.
No sé mirar, porque andar a gatas
es más viable que ponerme de pie
ante el panorama de tu ausencia presencial.
No sé mirar, tal vez,
porque sencillamente no me interesa. 
No sé mirar,
pero para ser feliz,
sólo necesito un par de grandes alas
y es un hecho que, una vez desplegado el vuelo,
los ojos sobran:
no son más que sacos sobreestimados en el ensueño
y vaciados en la soledad.

domingo, 16 de junio de 2013

jueves, 6 de junio de 2013

Yo qué sé

Esos encuentros que,
apenas al pisar el terreno ya saben a despedida, 
te hacen ver la fina línea entre la obsesión
y la pasión exacerbada. 
Tal vez de todo lo que te he dado,
con lo que me quede al final sea sólo el cascajo,
el remanente incluso de todo lo que no pasamos.
Con suerte, 
alcanzo a decirte que tu ausencia es la musa
que se acurruca en mi almohada 
para recitarme los versos que
tejen un par de noches en mi memoria desvalida.
Con suerte 
mi regazo no se transforma en un desfiguro
que resguarda tu silueta en un vaivén acompasado
 por el frío matinal
colándose por tu ventana a media luz,
ese frío que mantiene intactas tus manos 
sobre las constantes despedidas.
Con suerte
no paso por alto tus pupilas hondas
diciéndome que detener el tiempo
entre las manos
no será freno para lo mal que irán las cosas
si sigo con el dedo en el renglón.
Con suerte, no me encuentro a mí misma desesperada, 
hecha añicos por mi necedad.
¿De qué se trata?
¿A qué clase de juego creen que juega uno
cuando un decreto 
es fiel amigo del autoengaño?
—¿Qué dice el espejo?
—Sigue recitando:
 "eres un ayer, cuyas pisadas firmes,
se tornan en malabares sin gracia".

T a l        v e z        u n       d í a         d e         e s t o s ,       p o r      f i n      m e       l o       c r e a .

sábado, 1 de junio de 2013

Momento.

—¿Por qué me besas?
—Porque quiero.
—¿Por qué quieres besarme?
—No lo sé.
—¿Y dónde queda lo que yo quiero?
—¿No quieres que te bese?
—Puede que no. Pero, ¿cómo lo sabría si no me das un momento previo al beso para pensar y decidirlo?
—Porque un beso no se piensa, se recibe y se da.
—¿Y si no quisiera recibirlo o devolverlo?
—Me lo habrías rechazado desde el momento en que osé acercarme con la intención más que clara de querer arrancar tus labios con los míos.

sábado, 25 de mayo de 2013

¿Y?

Haz lo que quieras,
pero no conviertas
a estas piernas
en una emulación de gelatina.
Sabes que tengo
dos pies izquierdos y sería muy grosero
de tu parte hacer que
caiga sobre mí misma, cuando
apenas intento aprender a bailar.

jueves, 23 de mayo de 2013

Enunciados


Ojalá te hubieras ido más en esencia que en presencia. 


Ojalá no jugara con los restos de tu paso sobre mis terrenos. 

Ojalá el llanto tapiara las ventanas por las que entran amenazantes ventoleras llenas del aroma de tu locura, esa que se quedó agazapada a las cortinas y a las sábanas. 

Ojalá tus pies estén muy lejos de las últimas huellas, y el arrullo de la noche ya no desate más a mis quimeras. 

Ojalá que el cansancio no turbe el pequeño estanque en el que sepulto los recuerdos y la vida de un giro que te saque de mí por completo.

Se hace tarde y no parezco darme cuenta. 

Se hace tarde y me aferro al picaporte que me sabe a trinchera. 

Se hace tarde y miro de reojo tras la puerta. Se hace tarde y no quiero volver a sentir que el agua me llega a las orejas.

sábado, 18 de mayo de 2013

Cero cinco treinta y uno y contando.

Olvidé que no podemos parecer iguales.
Pero sin previo aviso, vuelve el golpeteo del agua,
el arrullo por las noches que a veces
se desconoce si está todo en calma.
Se nos olvidaron un par de cosas,
como los secretos guardados en las fibras de la almohada.
No me siento parte de nada, menos de tí.
El cielo cae a pedazos,
y entre ellos se cuelan los amaneceres tejidos
en la esperanza de un lienzo a medio terminar.
Entonces, volví la mirada para darme cuenta
que gran parte de mí, yacía muerto,
y ante un montón de hojas secas
sucumbí a la franqueza de tu sonrisa
en medio de una noche de invierno, cruzando la acera.
Luego corté de tajo el aro invisible
que ataba mi morada a tu eterna partida.
Se me quebraron las piernas junto con la voz y la voluntad
y me sumí en la efervescencia de la agonía.
Hoy fue un día normal, de esos en que las astillas se apilan en la memoria
para darme cuenta que el único lugar en que coincido contigo,
es en este espacio vacío, tan lleno de tu ausencia.
Arraigo los suspiros en tu piel y fijo mis pisadas en la orilla de tus orejas,
para hacer un plan de viaje que me aleje de la jungla que es la espera.
Mohosos los caminos y uno descalzo,
sin saber cómo detener el andar, ni cómo seguir
entre las coyunturas que dibujan mapas sin paisajes.
Me pudiste haber robado muchas cosas,
pero de todo lo que poseo,
te has quedado con lo que menos entiendo.
De todo lo que creía tener, invalidaste mis atajos
y, justo esta noche, los huecos llegará
 para no tener forma de llenarse.
Habría besos para tí,
escondidos tras las palabras que, para ser pronunciadas,
necesitarías primero arrancarme el alma.

"No pocas veces ya he dicho adiós; conozco las horas desgarradoras de la despedida".
—Friederich Nietzsche

Las palabras son difíciles y traicioneras, como las personas. Así:


Te despierta cosas inconmensurables. Los ruidos se apagan, los silencios no se sienten. Posee esa magia que te hace querer moverte. Vives porque vas a verle y le ves porque eso te hace sentir que realmente vives. Sonríes bajo los ecos de su risa y el recuerdo de sus ojos armoniza hasta el peor de tus días. Escuchas sus palabras atrapadas en tu cabeza, y sientes palmo a palmo su piel cada vez más intensamente, hasta al volver a abrir los ojos. Caminas con los pies desnudos sobre la brisa que acaricia su cabello y extiendes las manos para recontar sus pecas en tu memoria de mortal incompleto. Te doblegas ante la distancia, pero te alienta la incertidumbre del mañana. Es el sueño que se convirtió en andar y el puente que no entiendes por qué quieres cruzar. Lo único que sabes es que su mano tibia no es muy distinta de la tuya, aunque siempre esté fría y que es de esas personas que convierten en imposible seguir con tu vida después de haber tropezado con ella.


—¿Cómo sabes todo eso? — me pregunta sorprendido, mientras sonrío al agachar la cara.


—Porque ella te hace sentir como me siento yo contigo.


Doy la media vuelta y dejo que mis lágrimas caigan sin remordimiento. Está lloviendo y nadie puede saber si lloro o sólo llevo mucho tiempo bajo el aguacero.

domingo, 28 de abril de 2013

TPL

¿La nostalgia del ayer o la incertidumbre del mañana? Yo me aferro al ayer, me aferro a lo inocuo de una mirada. Es este andar extremo, visceral. Es este virus que carece de origen, que no conoce cura. ¿Sabes cuántos pasos hay entre la desidia y la ansiedad? Es que a media luz todo parece ser sólo un sueño, un traguito de irrealidad. De repente no es tan necesario el piso, de repente la música y las conversaciones son nada más que ruido acumulándose en algún resquicio, para estallar súbitamente cuando todo vuelve a ser calma. De manera tumultosa, tus silencios hablan más claro que tus palabras y no dejan trazo de duda en su andar desenfadado, que constata la memoria como el peor de los aliados. Lo drástico en la calidad variante del momento a momento, tornan el tablero en una pieza distorsionada del juego. No sé, es ser primitivo en un mundo cambiante y moderno. Es defender con palos, lo que crece en un campo de guerra entre armas nucleares.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Por hoy...


Dejé escritas un par de líneas sobre las sábanas de tu cama. No dicen mucho, sólo lo necesario para que, ahora que vuelvas, descubras que las noches mitigan los dolores de los días cuando la ansiedad no aguanta.

Conforme pasan los minutos, la tinta se secará, al punto de resquebrajarse hasta que el viento de tu voluntad, decida borrar los trazos finos que con tanto cuidado osé marcar.

Volverás y verás la limpieza de tus sábanas, que dejarán un sabor nostálgico a tu gusto reservado. Mirarás las ventanas y preguntarás por dónde se han escapado los ecos de esa extrañeza momentánea.

Probablemente nuestros pasos nos pudieran llevar por el mismo camino, pero en un gesto adusto, tus sábanas me cuentan que te idealizo como si realmente algo en mí, de tí, valiera la pena. Y para tí, lo mismo.

¡Ay, tus sábanas liláceas! Tu cuerpo tibio, tu respiración entrecortada.

Se iluminan entre sus hilos las luces que nos vieron reflejados en interminables madrugadas; esas madrugadas que parecían volar como hojas secas emigrando a su última morada.

Se me oculta tu rostro tras el recuerdo de las sábanas impregnadas de otoño.

Me saboreo la efervescencia del tiempo vano, en lo inocuo de las miradas llenas de pesadas voces gritando, sin que realmente se les oyera.

Extrañar es degustar, con la memoria, lo que no se puede tocar con las manos. Migrarán las paredes a un desierto de palabras y así, cuando vuelvas, no verás más nada de mí. Sólo a tus pies, un tintero volcado.

Dame lo que te plazca, lo que quieras, pero nunca aquello que no tengas.

lunes, 24 de septiembre de 2012

...

Ocurre que de vez en cuando las palabras fluyen más rápido de lo que puedo escribirlads o decirlas.
Entre cuatro paredes y una ventana que más que un escape, parece la más grande prisión, le doy vueltas a asuntos que no se pueden resolver y que nunca tomaron el curso hacia el cierre de un círculo.
Me deshilacho.
Pero sólo poquito.
¿Que por qué me deshilacho? Porque lo mío es la costura y lo relacionado.
Y deshilacharse es más común de lo que ustedes se imaginan.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Un día (casi) cualquiera.


"Si no puedes ver el humor en las cosas, sería mejor que te murieras".
—David Bailey

En la vida, las cosas tristes no piden permiso, sólo entran sin tocar. Entran como el polvo: por las ranuras, por las ventanas, por las chapas. Entran atoradas en los zapatos y enredadas en el cabello. Hagas lo que hagas, entran.

La felicidad es eso que no escuchas llamando a tu puerta, mientras tratas de evitar que las tristezas entren por la fuerza.

Así que sonríe, sé feliz mientras puedas y cuanto quieras. No pelees con lo que te acongoja o te hace sentir débil. Lo feo es volátil, sólo se queda un rato y, como polvo, para alojarse necesita de corazones flojos a los que no les importe convertirse en miserables.

martes, 18 de septiembre de 2012

._.

Decepcionada de los dinosaurios robot y un cachivache oxidado. ¡Anonadada con los robots de corazones rotos!

(:

Aquí, incrédula de un rayito de sol que se me anda apareciendo entre las apretadas nubes de los últimos años.





lunes, 3 de septiembre de 2012

lunes, 27 de agosto de 2012

Algo que caliente mis pies, hoy que mis pasos son tan fríos.

Todos los días se me rompe algo diferente por dentro.
Y sí, la gente siempre habla, y sí, casi todo el tiempo me vale madres. Pero hay días como hoy en que no puedes creer que me afecte.
Es saber que la tranquilidad es itinerante y que mi ánimo no sube más allá de dos líneas bajo el promedio. 
Maldita memoria.
¿Por cuántas decepciones tiene uno que pasar para entender que la confianza en este mundo no es real?
Hasta parece que me he propuesto joderme la vida con quienes meto en ella.
Hasta parece que no ha sido suficiente.
Hasta parece que viene algo más grande, más feo, más como hace tiempo.
Es increíble como la pinche gente no le basta destruirte para seguir poniéndote piedras en el camino.

Gunait

"Es simpleza o necedad llorar, por lo que con llorar, no se puede remediar".
—Roger Garaudy

Solía no poder dormir; últimamente no quiero hacerlo. No hay noche en que no me turbe la pesadumbre de un sueño que no sé a veces distinguir de la realidad. Personas, escenarios, todo resulta confuso, tal como el día a día.
Malditos sueños y malditos significados.
Un día de estos se agotará mi paciencia.
Me recuerda a muchas cosas, errores, distancias, enigmas.
La gente viene y va, las nubes se vacían, los corazones se secan.
Orgullo y dignidad son dos conceptos que pueden, en ocasiones, ir de la mano, pero no por ello poseen el mismo significado.
No hay motivo real para esperar resultados, de ningún tipo, de nadie.
Malditos fantasmas. Malditos todos.

domingo, 5 de agosto de 2012

Mi creatividad anda por los suelos... Ríanse un rato con mi perfil PDA mientras alguna idiotez, que valga la pena, se cruza por mi cabeza para hacerme divagar.


Jessica M. es una pensadora meticulosa y exacta con un dinamismo innato para la solución de problemas. Es analítica y creativa y tiene una considerable curiosidad por las causas de los problemas. Jessica M. puede tener una amplia gama de intereses. Tiene un estilo, directo, lógico, preciso y sistemático en cuanto al enfoque y forma de alcanzar sus objetivos. Se preocupa por la perfección y no le gusta cometer fallas o errores. Le agradan las tareas desafiantes y pone énfasis en usar los hechos y la lógica para ocuparse de retos complejos, en respuesta a plazos difíciles.. Prefiere la novedad, las ideas imaginativas y el trabajo que involucre cambio y variedad. En ocasiones Jessica M. puede mostrarse introvertida. Puede trabajar como miembro de un equipo, pero tal vez se sienta mejor trabajando sola, de persona a persona y en grupos y equipos pequeños. Es intensa, impaciente y exigente al relacionarse con la gente. Mostrará impaciencia si cree que los otros no están haciendo el trabajo. Si bien se desempeña de acuerdo a las normas y los procedimientos, es muy independiente de los demás. Tiene una tendencia innata hacia la creatividad y se esmera por alcanzar la exactitud y la perfección. Jessica M. tiene un fuerte sentido de urgencia, sin embargo, al mismo tiempo, no quiere cometer ninguna falla o error. Al ser una persona directa y competitiva, buscará activamente tener el control en las situaciones en las que se encuentre. En general, le producirá cierta tensión tener que ceder el control o el poder en manos de otros. Posiblemente sienta como una pérdida de tiempo las conversaciones sociales "irrelevantes".

¿Qué tal?

sábado, 9 de junio de 2012

causa y efecto

Miro a través del cristal opacado por las inclemencias del ayer.
¿Qué puede ser más triste que un goteo apagado de esta lluvia al caer?
Más de una vez he presenciado el desgaste por los charcos que se han ido formando en el triste y olvidado pedernal de mi ser.
No olvides que yo no olvidaré, porque han sido una docena de ocasos los que me han observado callados.
En el reseco ardor de mis labios, la ronquera impaciente en el lamento titubeante de mi lejana voz errante, cuando me afero a una tenue luz, que pronto dejará de ser brillante.

domingo, 15 de abril de 2012

circo

"Carecer de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad"
—Bertrand Russell




Que desde mi ventana, oigo las voces en las que se dibujan esos vacíos llenos de memoria; que las luces me cuentan, una a una, esas historias marchitas con el paso de la luna; que las barreras se levantan conforme avanza una noche que equivale a un sinfín de días como hoy, en un antes que daba rienda suelta a la penumbra, en un rincón.

Que en el batir incesante de las horas, se inhabilita el resultado adverso de fraguar sin ton ni son, para girar en torno de la seda de tus pasos impíos y funestos. Que hacerse pedazos en el orden correcto del adiós sea un freno a lo enérgico que fue el viento en la cara cuando sólo estábamos los dos. Que la composición de un simple sueño, marca el ritmo de un mañana que jamás se asomó, sino en algunos párrafos de idilios característicos de mi impertinente corazón.

A primera vista y ejecutando el capricho, el agua helada hizo su función. En calidad de llanto, mi inconsciente te dijo adiós. Y cuando el frío deriva en decepción, no hay mano que arroje al viento venturanzas de un pasado que, vagando ociosa, me conduzca a vislumbrar los primeros rayos de un nuevo sol.

miércoles, 11 de abril de 2012

viendo mal

que me he cansado del berrinche eterno, de ser una princesita sin quererlo realmente.
que estoy harta de ser a veces una niña, a veces una anciana, pero nunca una mujer completa.
que no soporto ya, tragarme lo que siento y lo que pienso por sentir tanto miedo irracional.
que se me desbordan las emociones, porque sólo las guardo y no sé compartir nada con los demás.
que se me reviente la soledad en lágrimas para que la vida no me deje respirar, sólo de vez en cuando.
que me crea ilusiones que no me pertenecen, ni me corresponden, ni están en mis manos.
que dé por echo y confíe sin creer realmente.
que me anticipe a un final innecesario, para hacerlo realidad antes de que se me rompa algo.
que no deje que la gente entre realmente, porque si lo hacen, puede ser fantástico o pueden doler más de lo que se puede soportar.
que llamo la atención y cuando la tengo, no sé que hacer con ella y huyo, siempre huyo, porque no sé lidiar conmigo misma, porque cuando alguien te conoce realmente te puede lastimar.
que soy más perdedora de lo que la mayoría podría creer y por eso, casi siempre, logro alejar mejor en lugar de dejar que entren de verdad...

martes, 10 de abril de 2012

¿verdad?

... se te olvidó mencionar, que no importaría que yo estuviera ahí, eres tan cambiante como la luna y tan iracundo como el mar...

lunes, 9 de abril de 2012

nomás, por no dejar

"Cuando dos personas que se quieren chocan, no se mezclan: se rompen"
—André Breton

Déjame informarte que no eran necesarias tantas palabras para romperme el corazón.

Se me va la vida, un poquito más con cada parpadeo, se me va.

Tú no sabes lo que es amar, ¿a quién crees que engañas? Y me siento atada, porque siento que ando rondando tu cabeza, aunque sea de vez en cuando. Me pides que te deje ir, sin decírmelo realmente, pero eres tú el que me mantiene ahí, contigo.

Y qué triste, porque serás tú quien tenga que lidiar con una habitación vacía que te hablará de mí; serás tú quien pase por cada esquina y encuentre algo que le recuerde que estuve ahí, contigo. Serás tú quien escuche los ecos ahí atorados en tu casa, entre tus sábanas, en tu cuerpo, en tu alma. Serás tú quien escuche un "te amo" hueco en medio de la noche que no acaba, serás tú quien no pueda lidiar con la ventana sin cortinas. Serás tú quien no pueda con su conciencia, porque tú quisiste que te quisiera. Serás tú quien no consiga dejar de soñar con mis tonterías, porque fuiste tú quien así como si nada, me dejó en pedacitos de repente la vida.

Júzgame lo que quieras, pero de tus ataduras a las mías, mis nudos están más sencillos de deshacer, porque quiero, porque estoy aprendiendo a enfrentar el miedo que me ha dejado lisiada ante la belleza dinámica de la vida.

Que triste pretender darme la espalda y seguir mirando de reojo, y más triste aún que yo tan decidida a seguir caminando sin voltear la vista, se me olvide que jamás necesitamos los ojos para hablar, hasta que de repente, fue más el ruido imperceptible de tu miedo lo que imperó en medio de los días sin palabras que perdían el sentido.

¿Que me contaras cómo te ha ido? ¿Para qué? 

viernes, 6 de abril de 2012

Cinco de cuatro

Tipo el amor más grande, ese que nunca pasó.

Y juras tú, mi amor, que cuando me preguntas cómo estoy te he de contestar que me lleva el diablo, que te extraño como nunca he extrañado, que quiero abrazarte y sentir tus besos como antes, como cuando solía importarte; que no soy capaz de pensar en nada que no esté relacionado contigo.

Has de pensar que se me acabó la vida en tu arquetipo, que me desvivo tratando de arrancar tus huellas en mi piel, que tu aroma es necio y no se aleja de mis sentidos. Seguro querrás escuchar que mis latidos se mueren si no está tu pecho contra le mío y que no he olvidado todo lo que habíamos prometido.

Seguro crees que por las noches no puedo dormir, seguro crees que se me dificulta vivir sin todo a lo que sólo tú le dabas sentido. Seguro te has comprado la idea de que no puedo sonreír sin tu cariño, sin tu roce, sin tu amor, sin las madrugadas que me dejaban sin aliento en medio de un éxtasis casi sombrío.

Pensarás que para mí todo es insípido y te habrás comprado también la idea de que no sé andar si no es por tu camino; que me duele tenerte todo el tiempo en mi mente y que mi vida no es la misma desde que dejaste todo a la suerte. Que es llano mi vivir frente al recuerdo y que se me va la vida en esperar tu regreso. Que la hervencia es más viable ante embalumbrar mi corazón inseguro con esperanzas inocuas que destazan mis días, mis ayeres, mis mañanas, mis placeres.

Mis pensamientos pueriles me azogan, al punto de cercenar lo poco avanzado tras la luna oculta: debiste terminar de irte cuando el último haz de luz partió tras la bruma.

Fuiste brindis de un rato y me dejaste, en la cachada del despojo, a un corazón que simplemente, para tí, quiso darlo todo. Sólo puedo ya seducirte más allá de mis sueños, donde ni te enteras, ni te importa, ni te integras.

Y no, mi amor, no te diré lo que quieres escuchar, no hoy.

Y sí, mi amor, tu boca podrá decir lo que sea, pero tus ojos fijos revelan, con el aire fresco en la solapa de tu orgullo, que tus trincheras se caen, gritando en un aislado abrazo prolongado, en lo fútil del mundo al rededor, que todo en tí, me extraña tanto como yo a tí.

martes, 3 de abril de 2012

Basta

Así es, amigos míos. Otro "tres" al bolsillo del olvido y de lo que ya no tiene fundamento. Y tras 17 días de ausencia, aún me preguntan por él, y contestan mejor mis lágrimas que las palabras atoradas.
"No lo sé".
Que se me parta todo por dentro mientras no hallo la forma de comprender absolutamente nada.
Nosotros los que hemos estado más allá del sufrimiento, no queremos saber más de él de nuevo y parece, irónicamente, que disfrutamos su persecución absurda.
¿Dónde habrá quedado mi receta para los efectos secundarios de la miseria ajena?
Es que la sabiduría sólo calma a aquellos capaces de dominar su propio corazón. Nosotros los mortales inestables, nos pasamos la sabiduría por el arco del triunfo, no escuchamos cuando el volumen del dolor es más alto.
Supongo que es hora de abrazar de nuevo la soledad, esa que huye cuando el corazón late muy rápido y sudan las manos y uno se da cuenta que está enamorado.
Supongo que es hora de bajarle varias rayitas a mi drama.
Supongo que es hora de seguir adelante.

jueves, 29 de marzo de 2012

Simplifiquémonos la vida

Simplifiquémonos la vida.

Ser uno mismo es muy sencillo, supongo que lo difícil es serlo con el resto del mundo. 

Miren por ejemplo a mujercitas como yo, a quienes por todos lados nos andan diciendo "bonita", "guapa", "increíble". No me mal interpreten, soy agradecida en cuanto a los cumplidos y sin embargo, nunca alguien se para realmente a tratar de conocer lo que se encuentra debajo de una cara bonita.

Las chicas como yo saben mantener sonrisas, aún cuando por dentro se las esté llevando la chingada. Las chicas como yo no conseguimos trabajo tan fácil como podrían pensar ustedes, ya que podemos ser "conflictivas" (que despertamos pasiones, pues). Las chicas como yo deben escoger excepcionalmente bien a sus amigos, porque no sabes quién te quiere dar la mano y quién nomás te quiere coger.

Y cuéntenme, ¿quién, rara vez se ponen a pensar en que algunas odiamos ser etiquetadas como "guapitas"? Por que más allá de ser una ventaja, es una de esas cosas maldición/bendición que podemos usar para ser cabronas, sí, pero otra le sufrimos un poquito, pues hay quienes sólo se dedican a vernos bonitas, intocables y subirnos en un altar. Nos idealizan, nos ven perfectas para ustedes, pero sólo porque quieren pensar que es así. Porque al menor error, se les rompe su cuento en mil pedazos, pues nunca vieron a la persona real, sino a la que crearon en su mente.

Ustedes creen que a las niñas bonitas se les conquista diciéndoles que son bonitas y eso no funciona así. A las niñas bonitas se les conquista con detalles, con sentido del humor, con palabras inteligentes; con silencios que digan más de lo que la boca pueda expresar, con momentos breves que signifiquen todo. A las chicas como yo, no nos importa un abdomen sin six pack, ni un peinado "arruinado" por el que escurre el gel a causa de la lluvia; no nos importa apretar la agenda, perdernos un concierto, dejar de hacernos un tatuaje; no nos importa su pasado, ni quién estuvo antes, ni quién podría estar ahora; no nos importa el frío, ni la imperfección de una nariz rota, ni una ligera separación de dientes. A las chicas como yo, nos dejan sin habla las miradas profundas que desnudan el alma, nos eriza la piel un leve roce sin malas intenciones y nos prenden también las sucias intenciones de aquél a quien amamos; nos gusta que nos seduzcan, pero también nos gusta seducir. A las mujeres como yo, nos gusta sentirnos deseadas, pero no por una cara, ni por un cuerpo, sino por el paquete completo, por que somos torpes, melancólicas, inteligentes, bondadosas, nobles, indecisas, desesperadas, soñadoras, inquietas, perfeccionistas, ambiciosas, amorosas, desquiciantes, berrinchudas, impacientes, impulsivas, aterradoras, solidarias... por lo bueno y lo malo, no sólo por lo que está a la mano.

Las personas somos un escritorio con un montón de íconos desordenados. De vez en cuando, logramos ordenarnos, pero todo el tiempo añadimos y borramos. La desventaja es que no tenemos la eficiencia automatizada de un desgragmentador. Y no nos pueden pedir más de lo que somos capaces de dar. Y no daremos lo que ustedes quieren, sólo porque sí.

A las chicas como yo, nos cuesta abrirnos, nos cuesta decir lo que pensamos y más lo que sentimos. A veces sólo queremos escuchar, a veces sólo queremos guardar silencio y contemplar lo maravillosos que son ustedes para nosotras, tratar de entender que eso está pasando realmente, que no es producto de la imaginación o de un sueño. No somos periquitos todo el tiempo, sólo a veces, nos cansamos de hablar porque escuchar su voz, sus tonterías, sus pensamientos, nos resulta importante, lo atesoramos y lo guardamos ahí, donde quede intacto para el resto del mundo, donde sólo sea nuestro.

Las chicas como yo lloramos fácilmente. Lloramos por todo. Si lo que alguien me dijo es cierto, supongo que hablamos con el corazón en la mano, casi todo el tiempo.

Las chicas como yo, odiamos que nos comparen, odiamos que nos digan "eres perfecta para mí", odiamos que nos digan "eres mejor que...", cuando a mitad de empezar el camino, ya nos están botando por no cumplir expectativas que ni siquiera nos corresponden. Las chicas como yo, nos rompemos fácilmente, pero como somos fuertes, pues tenemos que seguirlo siendo. Las chicas como yo, creemos  y si entregamos, lo hacemos de corazón, sinceramente y porque vamos por todo. A las chicas como yo, nos rompen el corazón una y otra vez y casi siempre preferimos pensar que fue nuestra culpa, porque no somos capaces de creer que alguien haga daño con intención.

Las chicas como yo, odiamos el amor al caparazón. A las chicas como yo, se nos conquista principalmente escuchándonos, y no admirándonos. A las chicas como yo, ustedes no nos permiten meter la pata, porque "siendo tan bonitas, pues son increíbles y tan maravillosas". El día que me digan "eres tan humana y te amo por tus defectos, porque así puedo apreciar mejor tus virtudes". Cuando ese día llegue...

A mí no me vengan con frases baratas, que ya no me las trago. A mí no me vengan con pretextos de secundaria, ni con mitos urbanos. A mí no me vengan con esos "para siempre" de un par de días, ni esos "te amo" que solo arden como la cera bajo las mechas encendidas. A mi no me vengan con promesas cuya garantía sólo sea válida en los sueños, ni me vengan con palabras que crean que me llenan y realmente van abriendo brechas. A mí no me vengan con vacíos disfrazados, que para vacíos, ya tengo por ahí un par de vasos.

Así que simplifiquémonos la vida. La próxima vez que veas a una chica linda, sé tú mismo y permítete conocer a la verdadera chica, sin pensar en lo guapa que es, ni en tus expectativas, ni en lo perfecta que debe ser. Será un favor mutuo que, con algo más que suerte, podría sorprenderte.

martes, 3 de enero de 2012

después

Es la distancia en tu presencia lo que me tiene insegura. Es el saber que detrás de un susurro, hay un nombre que al mío no corresponde. Mirar, hablar, tocar, pensar, nada de eso es suficiente cuando se quiere querer y no se siente el querer. ¿Y qué? Me quedo estancada en un sueño que no doy por algo real, pues del otro lado, todo se convierte en esbozos con un pulso dubitativo y una voluntad lejana.
Me dices cosas desde dónde no puedo visualizar en tu rostro lo que esconden tus palabras escogidas, esas que confunden lo que dices con lo que interpreto. Desde aquí no soy capaz de preguntar, porque a la vez preferiría una mentira que no me haga ver lo que puedo tomar por verdad.
¡Ay, mi mala costumbre de esperar lo peor y a veces hasta desearlo!
Ahí, mi mala costumbre de caminar de la mano de lo que probablemente me hará daño...

domingo, 9 de octubre de 2011

te qiero tanto qe te dejo ir...

"Para el que ama, mil objeciones no llegan a formar una duda; para quien no ama, mil pruebas no llegan a constituir una certeza"
—Louis Evely

Yo quería estar ahí para celebrar tus mejores momentos y apoyarte en los peores. Yo no pretendía ser tu mundo, sólo ser parte de él. Yo no buscaba llenarte un vacío, ni cubrir cualesquiera que fuesen tus expectativas, sólo quería que me conocieras con las mismas ganas que yo tenía de conocerte a fondo, saber tus defectos y aceptarlos; conocer tus virtudes y admirarlas; ser tu apoyo incondicional y escucharte: porque disfrutaba el jugueteo de palabras cuando entretejías historias de tu memoria, cuando te perdías en mi mirada.

Quisiera tantas cosas, pero la vida me ha enseñado a no desperdiciar el tiempo pensando en los "y si...", en los "hubiera", ni en dar razones a quien no quiere escucharlas. La vida me ha enseñado que su trazo es muy corto y ser estática no es una opción duradera ni verdadera.

Yo, soy de esas que no da vuelta atrás. Yo mato las esperanzas porque son demasiado tentadoras para caer en varios trocitos de irrealidad. No me puedo dar el lujo de esperar sentada, porque sé que al hacerlo estaría invocando una tortura tal que desataría la demencia de cuyo cofre todos guardamos la llave justo en medio del pecho, dónde lo más profundo hiere.

Cuánta poesía podría salir de mi mano hoy en día, en el hito distintivo de memorias que desconocen la elocuencia en las huellas que han dejado. Qué anhelados fulgores guardaban un palpitar constante y ansioso por sentir un pecho igual, a su mismo compás desenfrenado en una locura sin igual. ¡Ay del paso incalculable de los días que dejaron muerto lo que dolía y sembraban begonias en su andar! Compartiendo miradas, pulsos acelerados y una sola forma de entregar todo aquello que se resguarda uno en lo más profundo, todo eso en lo que sólo yo sé errar.

Omite verme así, odio la compasión que te aqueja al posar tus ojos sobre mi cabizbaja presencia incapaz de devolverte la mirada por el cesto de impotencia que llevo a cuestas. Con lo obscuro de la noche, viene el descenso de mis días para convertirse en un vórtice ilimitado de apariciones fantasmales y de preciadas reliquias. ¡Y quiero romperlas todas! Cada una de ellas, tras desenvainar la espada que se ha quedado inútil, sin filo en mi cinto de cristal, rezando por no tener que ser usada una vez más, pues al mismo tiempo que depura el exterior, hiere el interior.

Que siga lloviendo, que derrame el cielo todo lo que necesario para limpiar, quiero en mi interior mi propio diluvio universal. Una tras otra habrá lágrimas que alzar para romperme y volverme a hacer real.

No es que no seas importante, simplemente la vida quita algo para después darnos algo mejor y no me atormento cuando sé que no tiene caso quedarme como estatua en un inútil punto fijo que no me llevará a nada. Con el tiempo, la corrosión me mataría y la muerte y yo nos conocemos tan bien, que no quiero volver a sentir su mano fría.

miércoles, 5 de octubre de 2011

basta )=

Hoy sólo busco un refugio donde los malos recuerdos no me persigan.
Porque parecen una maldita montaña rusa a la que nunca antes me había subido, sorprendiéndome con la sensación de ingravidez en el estómago y es cada vez más difícil de soportar. Parece que directamente proporcional a los errores, la penitencia decide que el ángulo sea más agudo y caiga casi en vertical.
No soy de las que viven en el pasado, el problema aquí es que hay círculos en ese pasado que seguirán presentes porque no me corresponde a mí cerrarlos.
Odio la impotencia de cruzarme con el mismo obstáculo, sólo para ver que la justicia se mantiene oculta, observando discreta, mientras los nervios se me ponen de punta y no encuentro manera de hacerme fuerte.  Todos alrededor tienen algo que decirme, para tratar de levantarme, pero me estoy cansando de mantenerme en pie para seguir viendo, con repudio, cómo lo podrido va avanzando y está a punto de alcanzarme. Y a nadie le importa lo que hay detrás de una máscara que resanan constantemente para que nadie sepa la verdad. Porque a lo que la roca más le teme, es a lo que no ha salido a la luz.
Soy un mondadientes en las manos del presente.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

cuando te atrevas

"El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos"
–Pitágoras

Hubo una vez, en un lugar no muy lejano, una niña muy feliz, viviendo en un hogar maravilloso, con su perfecta familia. Se deleitaban con los manjares que cocinaba la madre, agradecían el trabajo del padre y los hermanos jugaban mientras la hora del baño llegaba, después de hacer los deberes. Y así como amanece, el ocaso también está presente.

Pronto resultó que su familia no era tan perfecta, y en un abrir y cerrar de ojos, todos parecían de otro mundo. La armonía conocida se quebró con la llegada de circunstancias nunca antes conocidas. Pobre niña confundida, esquinada esperando que la tormenta pasara, sin entender lo que ocurría. Y mientras hacía preguntas al viento, lloraba por no obtener respuestas. Cuando las lágrimas dejaron de fluir, cortó de tajo su larga cabellera y, al verse sola, tomó la mano del único amigo que encontró al alcance, un pequeño de su mismo tamaño, tímido y acongojado, se acerco desde la otra esquina para darle un "Hola" receloso. "Miedo" era su nombre. Desde que Miedo apareció, siempre estuvo ahí para que no le hicieran daño; Miedo nunca la dejó sola y la protegió a toda costa de todo aquél que osara pasar los límites que ella establecía. La pequeña niña se sentía segura con su fiel amigo, jugaban en lo cerrado de su círculo y mientras el mundo seguía girando, el té se servía caliente, siempre con dos terrones de azúcar y acompañado por deliciosas pastas caseras.

Con el paso de los años, la niña creció, al igual que Miedo; éste último además, dejó de ser tan tímido y comenzó a sobrepasar la estatura de la niña. Ella seguía sintiéndose feliz con su buen amigo, él seguía cuidándola como siempre. Solo que ahora, la niña no sabía ya manejarse por sí misma. Miedo ponía los límites, Miedo decidía qué hacer y cuándo hacerlo, y cuando volvía a ser receloso, mejor manipulaba las circunstancias para zafarlos a los dos de lo que ocurría, aún cuando fuera bueno para la niña. 

Pasaron los meses y la niña ya no se sentía cómoda teniendo a Miedo cerca. Él no la dejaba ser, no la dejaba hablar, no la dejaba pensar. Miedo regía su vida, Miedo hacía lo que quería y ella sólo sabía seguir sus reglas, porque siempre había estado ahí como su protector, con su dualidad de escudo y espada, haciéndole cómoda su estancia terrenal. sin embargo, había un detalle que la niña no recordaba de Miedo, quien sólo tuvo una condición para ser su amigo: a cambio de su cabellera, él sobre sus ojos, amarraría un velo mágico que la haría olvidar todo lo que le dolía.Y entonces el pacto estuvo hecho. Serían amigos hasta que ella supiera pedir de vuelta su preciada cabellera.

La niña no era la misma. Vivía ensimismada y no sabía relacionarse con las personas de afuera, y Miedo nunca dejaba que lo presentara. Echaba a correr y la jalaba con él para que sólo fueran ellos dos. Siempre.

De cualquier forma, ella no conocía métodos para realizar las cosas sin su amigo. Lo único que la niña sabía hacer bien, era el autosabotaje. Se le daba bien, porque era lo que Miedo quería: dejarla indecisa, justo en medio, cubrirla con su abrazo para que no fuera capaz de moverse, para hacerse grande y para vivir a través de ella, porque él nunca había tenido ni una forma ni un cuerpo. Miedo sabía que si ella recuperaba la vista, él desaparecería para vagar de nuevo en las esquinas donde lloran los heridos, para alojarse justo en medio del pecho, ahí, donde duele el sentimiento...

Y en esta historia aún no hay final feliz, lectores. La niña ha dejado de ser niña, pero se sigue preguntando cuándo tendrá el valor de exigir de vuelta su preciada cabellera...

lunes, 19 de septiembre de 2011

#charlanocturna



¿Alguna vez han tenido una de esas charlas qe les cambia totalmente el panorama? ¿No? Yo tampoco. Dicen qe es horrible.
Mientras "alguien" conversaba con un amigo, salio esta rescatable frase:

"Tienes que entender, Jez, que aveces los hombres queremos distraer a un corazón roto con lo que sea.."

Casi siempre yo parezco tener ese "lo que sea" pegado en la frente. Porque quiero, porque mientras dura es perfecto. Porque no sé distinguir entre lo simple y lo sobrevalorado.
Hoy he estado pensando tanto, le doy vueltas una y otra vez a lo que sé, y lo único que quiero hacer es dormir. La cosa es simple: no sirvo para pensar, me apasiono en exceso.

Si esta vez fuera lo mismo, no lo soportaría, en teoría; porque en la práctica, le hice callo a la costumbre.. y eso es triste.

jueves, 8 de septiembre de 2011

por si el hubiera existe..

"Cuando se quiere dar amor, hay un riesgo: el de recibirlo"
– Moliére

Nunca he sido buena para dar prioridad a lo que otros consideran importante; nunca he sido buena para no hacer a un lado lo que yo considero importante. Nunca he sido buena para ser equilibrada y constante.

Nunca he sido buena para lidiar con ser un sustituto; nunca he sido buena para lidiar con ser alguien especial. Nunca he sido buena para notar la diferencia cuando se me presenta.

Nunca he sido buena para amar; nunca he sido buena para ser amada. Nunca he sido buena para entender las señales.

Nunca he sido buena para escuchar; nunca he sido buena con las palabras. Nunca he sido buena para captar el momento preciso en el que puedo hablar y en el que debo callar.


Nunca he sido buena para decir la verdad; nunca he sido buena para decir una mentira. Nunca he sido buena disfrazándome en la vida.


Nunca he sido buena para sonreír; nunca he sido buena para llorar. Nunca he sido buena para compartir lo que cargo en lo más profundo de mi pecho.

Nunca he sido buena para planear; nunca he sido buena para la espontaneidad. Nunca he sido buena para encontrar el momento de ver más allá de mi nariz.

Nunca he sido buena para quedarme quieta; nunca he sido buena para tener iniciativa. Nunca he sido buena para tomar decisiones en la vida real.

Nunca he sido buena para pensar, ni actuar, ni hablar congruentemente; nunca he sido buena para no notar la incongruencia de otros. Nunca he sido buena jugando en sociedad. 

Nunca he sido buena conmigo misma; nunca he sido buena para juzgarme. Nunca he sido buena para la introspección.

Nunca he sido buena para sólo ser femenina; nunca he sido buena para ser sumisa. Nunca he sido buena para darme mi valor y asimilar del todo el concepto de autoestima.

Soy humana, tengo demasiados errores.
Soy estudiante, tengo demasiadas cosas en la cabeza.
Soy creativa, siempre estoy reinventado todo al rededor.
Soy diseñadora, para mi todo tiene una estructura y al mismo tiempo, ninguna.
Soy apasionada, le pongo el corazón a todo lo que hago.
Soy mujer, siempre me complicaré demasiado.
Soy joven, estoy apenas descubriendo mis capacidades.
Soy curiosa, me dejo llevar por los detalles.
Soy distraida, tropiezo todo el tiempo, pero también sé mantenerme en pie.
Soy de carne y hueso, no soy invencible, pero poseo un alma que no sabe hacer daño.

Soy quien ves y quien sostiene tu mirada de regreso. Soy cálida, transparente y en ocasiones, tan débil que en todos lados veo espinas. Soy frágil y sensible, me daño rápido, pero nunca me verás rota. Soy tan comprensiva que a veces parezco indiferente. Soy celosa e intuitiva, pero nunca posesiva.

Soy ganas de volar, de no dejar desperdiciar ni un respiro en los atardeceres esparcidos por la vida.

Desglosada aquí, ¿me tomas, o es hora de que emprendas tu partida?