viernes, 16 de agosto de 2013

Nargles

¿Quién querría ser tu amigo?

¿Quién querría estar contigo?

Es inminente. Empiezas por sentir el cansancio extremo, luego el insomnio, luego el desconocimiento de la realidad. Y de repente te encuentras a las tres de la mañana, sentada frente a una ventana, escuchando los autos pasar, mientras no miras a ningún punto y aún así está perdida tu mirada. 

No importan los sonidos, no importa nada. Sólo existe ese silencio que te anuncia que vas otra vez en picada. Y de la nada llega el vacío, el vacío acompañado por las ganas incipientes de rascar brazos y piernas, y cuello y espalda, mientras sin razón aparente, brotan las lágrimas desde el fondo doloroso de la burbuja que en algún momento de tu vida se formó cerca del esternón.

No es estar triste sin causa. Es estar sin vida por un lapso de tiempo, sin posibilidad de ser declarado muerto.

Padeces depresión, nadie quiere estar con alguien que se autoconmisera casi todo el tiempo y el resto de él, trata de no hacerlo. Un rato no parece tan malo, pero a la larga, si uno mismo se cansa de estar dentro del cuerpo depresivo, imagínense a los que arrastra consigo.

No, nadie quiere ser amigo de un depresivo crónico, nadie quiere estar con uno.

Nadie quiere ser mi amigo.

Nadie quiere estar conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario