martes, 20 de julio de 2010

qien viera..
Hay ángeles pisando la tierra, y no se dan cuenta que son importantes. 
Me pregunto qué hay en sus cabezas. Me respondo que un poco de todo, pero no de la manera en que entrelazo mis propias secuencias. 
¡Qué confuso es el sentir! Que constante es lo absurdo que se cuela entre los huecos que hay entre las paredes y las puertas. 
Hay puntos que no deben sobrepasarse, pero el corazón no entiende por qué late y yo no entiendo por qué si todo fluye, no soy capaz de quitar un miedo que me hace sucumbir bajo el yugo de los dolorosos recuerdos que se mecen en la humedad de la tierra. 
Aquí dentro no está listo, allá afuera no hay pisadas que anuncien algo nuevo, pero sé que se preparan los tiempos. Y si nada cambia, entonces tal vez no pueda ver un horizonte más etéreo que este, en el que ya casi todo lo que era se desglosa y se archiva para dar paso a lo que ahora entrego. 
Las palabras se tornan volubles para negar lo que está muerto y lo que se confunde al salir de nuevo. Es que el llamado era esperado, es que lo dicho es irrelevante, solo la voz que calma todo lo que regurgita en las entrañas y al mismo tiempo sacude cada partícula hasta despegar del suelo para caer de nuevo.. 
Caer de nuevo. 
Caer de nuevo en un universo paralelo, en el que se ve y no se cree, en el que se mira y se toca sin querer abrir los ojos ni extender las manos; porque es distinto a lo que muy dentro, sin querer, anhelamos.
No caeré, es mejor mantener guardado lo que en silencio de a pocos va sanando. Esperaré a que la niebla se disipe en lo extraño de mis pensamientos y lo turbio de mis sentimientos. 
Si bien hay un demonio a la vista, que ríe y carga la verdad oculta a cuestas, está también ese otro ángel que perdí de vista y caminó a otras tierras. Existe también una estrella que cuida desde el cielo a quién le prometió volver a verla..

No hay comentarios:

Publicar un comentario