viernes, 13 de septiembre de 2013

Trueque injusto

Te cambio un adiós por un beso.


No, no te ofendas por el ofrecimiento,
si algo es inestable en estas tierras, es la cordialidad.


Te cambio un adiós por un beso 
porque no puedo pintar con mis manos
el amplio espacio que divide los engranes
que no encajan en un reloj descompuesto.

Te cambio un adiós por un beso
porque la piel arde cuando encandila el sueño
y el murmullo de la noche sólo me anuncia
que se acaba el tiempo.


Te cambio un adiós por un beso,
porque si lo piensas con detenimiento,
de mis ojos se escapan unos cuantos
cada vez que de alguna forma te encuentro.

Te cambio un adiós por un beso,
porque así decidas quedarte o no regresar,
guardo tu recuerdo en un rincón muy mío, en un secreto,
donde casi todo el tiempo me cuelo de puntillas
y recito un par de versos.

Te cambio un adiós por un beso, 
porque las palabras a veces son una sentencia severa;
en "adioses" se nos va el amor
y yo prefiero acabarme la vida en besos
más pronto que en despedidas.


Te cambio un adiós por un beso,
no porque sea un trueque justo,
no porque me deje satisfecha,
te cambio un adiós por un beso
porque el dolor será real si quedito
te digo al oído lo mucho que te quiero.